Las redes sociales son plataformas con la capacidad de conectar a personas que tengan algún interés en común mediante Internet. Sin embargo, esto no es todo, sino que, para ser una verdadera red social, esta ha de cumplir unos requisitos: los usuarios podrán tener un perfil o bien público o bien privado, y tendrá que haber una lista de contactos con la que los usuarios podrán interactuar (produciendo o simplemente compartiendo contenido de carácter multimedia o informativo). Dicha lista de contactos dependerá completamente del usuario, es decir, la persona que disponga de un perfil en la red social tendrá el poder de agregar o eliminar a personas de sus contactos (conocidos como "amigos" en muchas redes sociales).
A lo largo de los últimos años, las redes sociales han ido evolucionando progresivamente hasta derivar en el panorama que tenemos en la actualidad. Las primeras de la historia ya no existen, debido a que hay otras que las han sustituido. Este fenómeno es algo de lo más natural, como podemos observar con el caso de Snapchat que tuvo lugar hace relativamente poco. Con la incorporación de las stories a Instagram (las publicaciones de fotografías o vídeos que duran solamente 24 horas en la plataforma) y de los filtros, Snapchat sufrió un notable declive, aunque actualmente sigue existiendo, pero ha dejado de ser una de las grandes referentes del panorama de Internet. Fue precisamente la inclusión de esos dos elementos tan característicos de Snapchat (y los que hacían que los usuarios recurrieran a ella) en otra red social lo que cambió la mentalidad de los usuarios, quienes vieron una oportunidad de tener todo lo que les interesaba en un único sitio y de evitarse estar permanentemente entre una y otra aplicación. El ritmo de creación y desaparición es vertiginoso, como también se puede ver con el inminente cierre de Vine a principios de 2017 o con la aparición de TikTok en el año 2016 (se expandió en 2017 con ese nombre por todo el mundo, pero fue creada en 2016 por Zhang y apodada "Douyin" en un primer momento; su popularidad ha ido aumentando a pasos agigantados y actualmente es considerada por algunos la "sustituta" de Vine o de Musical.ly).
La primera red social de la historia fue Classmates.com (creada por Randy Conrads en 1995), que pretendía facilitar que los excompañeros de clase se volvieran a poner en contacto o, simplemente, tuvieran la oportunidad de mantenerlo. Cabe destacar que, antes de que existiera, ya era posible mandar E-mails, lo que también era una útil herramienta para propósitos como los que tenía Classmates. La gran aportación de la red social fue, precisamente, su objetivo, ya que al estar bien definido hizo que los usuarios se dieran cuenta del potencial que esta tenía.
Otras redes sociales que tuvieron una repercusión más que notable al inicio fueron TheGlobe.com (para conectar usuarios que podían compartir los contenidos que quisieran), Sixdegrees.com (para enviar un mensaje a una persona que se encontrara en otra zona geográfica agrupando usuarios de seis en seis), Friends Reunited (para comunicación instantánea; inspiración de Facebook), Friendster (para interactuar con un gran número de personas: amigos, los amigos de esos amigos y potenciales parejas), LinkedIn (para encontrar trabajo, fue una de las más innovadoras y de más éxito al enfocarse en el ámbito laboral), MySpace (para conectar personas; se caracteriza por su sencillez de diseño, el cual se puede personalizar) y Facebook (para fomentar entre amigos una comunicación ligera y natural; sigue siendo una de las más relevantes en la actualidad; al principio se limitaba a los estudiantes de Harvard, y posteriormente se expandió por su gran éxito). Después de todas ellas han ido apareciendo muchas otras ya mencionadas como Instagram (también comprada por Facebook en 2012), Whatsapp (comprada por Facebook en 2016), Twitter, YouTube, TikTok, Vine, Snapchat, Tuenti, Tumblr, Badoo, Pinterest, etc.
Es por estas grandes plataformas de conexión y su funcionamiento que los comportamientos sociales han cambiado. Y es que las redes sociales son de una relevancia tan notable que ya nadie se imagina cómo sería vivir sin su presencia o lo que supondría estar en una completa desconexión; han penetrado en nuestras vidas de una forma abrupta y no hay vuelta atrás.
Tienen sus cosas buenas (por fortuna, superan a las malas), como lograr conectar a prácticamente todo el mundo y hacer que las luchas por causas sociales tengan una mejor acogida (hay infinitos casos de tareas humanitarias que han triunfado gracias a hacerse virales como el reto del Ice bucket challenge, que recaudó una ingente cantidad de dinero para las personas con ELA). Aunque también hay inconvenientes como el hecho de que haya lugares en el mundo que aún no estén conectados, lo que provoca que no se encuentren en igualdad de condiciones que el resto, o la llamada "cultura del like". La cultura del like consiste en que los usuarios de las redes sociales han automatizado hasta tal punto los comportamientos propios de las mismas (dar o recibir me gustas en una foto/vídeo) que necesitan constantemente la aprobación social. Dicha aprobación se puede medir simple y llanamente por la cantidad de likes que reciben nuestras publicaciones o por los seguidores que tenemos (cuantos más, mejor, por supuesto). También hay que caer en la cuenta de que la dependencia que pueden llegar a ejercer las plataformas sobre nosotros es tan grande que, en muchas ocasiones, preferimos documentar a vivir (más vale subir una foto en la que se vea lo bien que me lo estoy pasando a realmente disfrutar del momento).
Para concluir este primer acercamiento al tema hay que mencionar cómo se encuentra ahora mismo el uso de las redes sociales. La red que ocupa el puesto número 1 es WhatsApp, con un 88%, lo que no sorprende para nada salvo por no ser la primera que se nos viene a la cabeza, ya que no solemos asimilar que se trata de una red social, sino que pensamos que es única y exclusivamente una app de mensajería. Le siguen Facebook (con un 87%), YouTube (con un 68%), Instagram (54% y con unos datos de crecimiento espectaculares) y Twitter (con un 50%). Todas compiten entre sí y buscan captar el mayor público posible e incorporar novedades para ser atractivas, en lo que ha destacado Instagram, que, tal vez no sea la primera pero sí la que más rápido crece gracias a su clara orientación y gestión. Además, una misma red social puede sufrir una gran evolución o, en cambio, una a escala más reducida, como lo acontecido con Twitter hace cuatro años: se cambió el "fav" por el "like" con el propósito de eliminar la posible confusión que suponía la estrella, especialmente para los nuevos usuarios.
Aquí podréis encontrar más información sobre todo lo comentado previamente:
Bibliografía utilizada:
ARRANZ HERNANDO, ESTHER (2019). “Redes sociales e influencers como estrategia de marketing”. Recuperado de: http://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/37434/TFG-J-27.pdf?sequence=1&isAllowed=y
BONILLA IBARRA, CLAUDIA DAYANA Y OVALLES PABÓN, LIANA CAROLINA (2017). “El impacto de YouTube en los millennials”. Recuperado de: http://www.fesc.edu.co/Revistas/OJS/index.php/convicciones/article/view/124
GIANNOULAKIS, STAMATIOS Y TSAPATSOULIS, NICOLAS. (2016) “Evaluating the descriptive power of Instagram hashtags” Journal of Innovation in Digital Ecosystems
Volume 3, Issue 2, Pages 114-129 Recuperado de: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352664516300141
- RAQUEL M.G.
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