Hoy en día Instagram no sólo está en nuestra vida como una mera herramienta de entretenimiento, sino que como se ha comentado en las anteriores entradas, es una herramienta comercial muy potente debido a su alcance global. Esta red social ha revalorizado la imagen del mundo, no solo porque se ha instaurado en un motor comercial para las marcas, sino porque también es un motor en potencia para aquellas personas que hacen fotografías, es decir, los fotógrafos. Para hacernos una idea, alguien que quiere dedicarse a ser fotógrafo normalmente estudia un Grado en Fotografía o un Grado en Comunicación audiovisual. Una vez acabados estos, entran en el mercado laboral, en su mayoría con un salario muy precoz.
Todo ello se ve afectado debido a que gracias a las redes sociales cualquier persona que le interese la fotografía y si tienen seguidores se conviertan en focos de publicidad para marcas, es decir, que cada día es más fácil poder acceder a este sector. Un ejemplo de ello es que cada vez los móviles mejoran más sus cámaras, haciendo innecesario la compra de una cámara reflex para poder realizar fotografías de una cierta calidad. Pero, ¿esto significa que el sector de la fotografía sufre una banalización y des-profesionalización?
La fotografía cumple un valor fundamental en los aspectos comunicativos de las personas. La imagen cumple una tarea formativa y se combina muchas veces con la palabra, aunque "Una imagen vale más que mil palabras" ¿no?. Esto hace que el trabajo de los fotógrafos sea algo importante, pero hay que tener en cuenta que la tecnología se ha desarrollado mucho desde la primera fotografía conservada, nada más ni nada menos que 193 años, y estos medios han hecho que poder capturar un instante de nuestras vidas esté al alcance de cualquier persona que posea una cámara digital/analógica o un teléfono móvil. Se podría decir que se ha producido un proceso de democratización.
Pero, ¿sabemos hasta donde está llegando? Un ejemplo de la radicalización de esto es que en 2010 un periódico de Hong Kong despidió a ocho de sus fotógrafos para asignar a los repartidores de pizzas cámaras digitales para que la circulación y gestión de las imágenes fueran más rápidas, ya que se escabullían entre los atascos. La siguiente entrevista explica un caso similar, pero esta vez en EE. UU, donde en un periódico de Chicago. En este caso se pensó que ya no hacían falta fotógrafos porque cualquier persona con su móvil puede hacer una fotografía.
Esto supone que no sólo afecta a las fotografías artísticas, sino que también al fotoperiodismo y a la idea de que todo es publicable, y en este caso, se podría decir que sí que se degrada la profesión de fotógrafo.
“Ahora todo el mundo cree que es fotógrafo y eso es como si nosotros dijéramos que las personas aprenden a escribir como producto de un proceso de alfabetización se convierten automáticamente en escritores. Que haya más gente que sabe escribir no significa necesariamente que haya más poetas y escritores” (Garrido, 2013: 1).
En el contexto de la emergencia y proliferación de fotógrafos amateur también podemos hablar de el "Fotógrafo Influenciador" en Instagram. En una de las publicaciones anteriores ya se explicó qué es un Influencer, así que pasaremos directamente al análisis en cuestión. Los Influencers han conseguido, en su mayoría, su éxito en el contenido constante y atractivo que publican, y en las estrategias que emplean (normalmente hay una marca detrás). Por ello, Instagram es un red social idónea para ello. Una de las cosas que más frecuentes entre las cuentas de fotógrafos (normalmente amateur) es el sorteo de sesiones. Esto puede afirmar que el concurso es la forma más fácil de hacer que se conozca una "marca". Pero para ello tiene que ser un fotógrafo con cierta influencia (con seguidores) y un estilo fotográfico definido y de calidad, como sería el caso de Marcos Alberca o sr. Zeta.
Muchas personas piensan que esta aplicación defiende a los creadores de Instagram puesto que te permite compartir tu contenido a través del móvil de manera inmediata. Con esta red social se produce una transición de la fotografía a la interacción, y más ahora cuando existen las "instastories" que es básicamente un canal 24 horas de tu vida, donde subes una foto o vídeo para que solo se vea durante un periodo de tiempo determinado. Esto ha propiciado que Instagram suponga una nueva forma de entretenimiento para mantener al usuario enganchado. Las fotografías han dejado de ser memoria porque ahora se han convertido en una manera de compartir y no termina únicamente en el uso doméstico, es decir, se hacen nuevas composiciones en el mundo del arte.
Por lo tanto me atrevo a decir que con la llegada de este tipo de fotógrafos ni se degrada ni se banaliza el trabajo del fotógrafo, eso sí, en mi opinión es totalmente normal que un fotógrafo con una vida laboral, larga, experimentada, le parezca que son competencia los amateur que estas surgiendo de esta red social, ya que obviamente, alguien sin experiencia no puede pedir el mismo dinero por una sesión que alguien profesional y consecuentemente, probablemente la calidad del fotógrafo experimentado sea mejor. A nadie le gusta ver como hay gente que hace tu trabajo gratis, y esto es lo que veo que está ocurriendo últimamente en la plataforma, ya que se valora el número de likes y los seguidores que tienes.
Actualmente muchos fotógrafos que están cobrando renombre en Instagram se quejan de las políticas de la plataforma, ya sea porque el algoritmo haga que menos seguidores vean sus fotografías o porque al incumplir alguna de estas políticas le impidan poder interactuar con normalidad con en la red. Hasta cierto punto me parece normal su queja, ya que estas restricciones no permiten que la publicación tenga el 100% de su alcance, pero de esta forma le estamos dando un valor y un poder a la aplicación que no debería tener. Con esto me refiero que si una fotografía es buena, aunque tenga pocos likes seguirá siendo buena. Me parece muy utópico pensar que el simple hecho de subir contenido a una red social va a conseguir que tenga prestigio y que una vez éste esté subido no haya que hacer nada más.
La fotografía es una arte, una técnica. Es la capacidad de capturar instantes del tiempo y convertirlos en duraderos. Es capaz de transmitir sentimientos y emociones. Por ello pensar que simplemente es un entretenimiento es lo que verdaderamente hace que la labor del fotógrafo sea descalificada y no el hecho de que no se necesite una formación previa para poder sacar instantáneas de calidad. El mundo cambia, nosotros cambiamos, y con nosotros debe transformarse también la fotografía.
Bibliografía utilizada:
RUIZ, WILLIAM (2019) "Análisis comparativo de la figura del fotógrafo traicional y el influenciador en Instagram" Recuperado de:http://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/35211/TFG_F_2018_258.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Blanca F.
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